Seamos sinceros: no se puede eliminar el estrés. Podemos aprender a controlarlo, mejorar nuestras reacciones y aprender a enfrentarlo, pero no podremos eliminar el estrés laboral de nuestra vida. Por ello, una mejor alternativa es sacar provecho del estrés y descubrir el lado positivo que tanto tiempo ha tenido escondido.
Una reciente investigación estadounidense encontró que los países donde los ciudadanos reportan tener mayores niveles de estrés, también suelen tener un PBI más alto, mayor esperanza de vida y calificaciones más altas en la escala de felicidad. Además, se determinó que las personas que soportarn mayor estrés también tienden a tener más alegría, sentido, aprendizaje, amor y risa en sus vidas.
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¿Cómo puede ser posible esto? La idea suena sencilla: obtener los beneficios positivos de estrés, no los negativos. Para ello es necesario cambiar la mentalidad y comenzar a ver las cosas desde el lado más positivo. ¿Suena complicado? Estas tres sugerencias te ayudarán a hacerlo realidad:
1. Relaciona el estrés con tus objetivos
Si comienzas a estresarte a causa de un proyecto en el trabajo, recuérdate por que este proyecto es tan importante, piensa en todo lo que puedes obtener gracias a él, trae a tu mente todas tus motivaciones y así lograrás concentrarte en el valor de tu objetivo en vez de la sensación inmediata del estrés. De esta manera, el estrés te ayudará a llegar a tu objetivo en vez de detenerte en el camino.
2. Busca el lado positivo
No todas las situaciones de estrés surgen de algo que nos apasiona o a causa de un esfuerzo propio. Por ejemplo, el fallecimiento de un ser querido o problemas en casa pueden convertirse en situaciones de estrés que terminan afectando nuestra vida laboral. ¿Cómo puedes lidiar con ellas?
Incluso estás experiencias que escapan de tus manos pueden ser una oportunidad para seguir creciendo, ya sea que debas aprender a gestionar mejor tus sentimientos o tomar la decisión de pasar más tiempo con tu familia. Encuentra la pequeña parte buena que puedes obtener de cada situación crítica y verás como el estrés comienza a afectarte mucho menos.
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3. Convéncete de que no es tan malo
En vez de temerle al estrés, velo como una oportunidad para seguir creciendo. Ya lo dijimos al inicio: es imposible llevar una vida sin estrés. Pero sí es posible aprovecharlo para mejorar. Cambia tu pensamiento sobre el estrés y transfórmalo en una fuerza positiva. Cuando estés a punto de ir a una entrevista de trabajo, a minutos de una reunión con un posible cliente o a un paso de dar una charla frente a una gran audiencia, canaliza tu estrés y enfréntalo para dar lo mejor de ti.
¡Toma estos tres consejos y dale la vuelta al estrés! De ahora en adelante, cada vez que sientas que estás a punto de desfallecer a causa del estrés laboral, conviértelo en un impulso para salir adelante.