En todos los ambientes laborales los empleados que la integran tienen distintos comportamientos al relacionarse con sus compañeros de trabajo y con sus jefes. Los expertos en relaciones labores los han analizado desde hace mucho tiempo para determinar por qué unos ascienden de cargo y otros no.
Lo que hallaron es que, al margen de cuán productivos son, los conocimientos que tengan y las habilidades profesionales que posean, por lo general, los trabajadores que sin ser los mejores, son los que consiguen lo que quieren; como por ejemplo, un ascenso o un aumento de sueldo. Pero, ¿cuáles son las características que tienen?
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Se trata en realidad de estrategias de persuasión que utilizan (casi) inconscientemente en la empresa que laboran. Para ser más concretos en decirte quiénes y cómo son, a continuación te contamos qué hacen para que consigan lo que quieren.
- La omnipresencia es su ‘modus operandi’
Así tenga su espacio de trabajo, él o ella sabe todo lo que sucede en la oficina y siempre está allí para tratar de ‘meterse’ como sea. Ayudan, integran las conversaciones así no lo inviten, toma la palabra y vigilan a todo el mundo.
- Se apropian de ideas ajenas
Cuando alguien da una propuesta, no reconocen que se trata de una idea fantástica, sino por el contrario, preguntan más acerca de ella para tener un conocimiento a profundidad con el fin de apoderarse de la idea.
- Siempre escuchan, pero de verdad
Puede que para muchos se trate de personas chismosas que desean enterarse de todo, pero en realidad se convierten en chivos expiatorios del centro de trabajo para los jefes, puesto que tienen insistencia en formar parte de todo y controlar lo que les rodea.
- Piden ayuda siempre
Si bien, pedir ayuda nunca es malo, ellos son cero resolutivos; sin embargo, siempre resuelven problemas y hacen que parezca que se tratase de un resultado de trabajo en equipo coordinado por su persona. Por el contrario, si sale mal, el “otro” lo hizo.
- Cuidan su lenguaje verbal y no verbal
Cuando quieren que los demás se unan a sus ideas o sugerencias, evitan estar a la defensiva o tener un carácter agrio. Por el contrario, siempre se muestran amables así no lo quieran ser con todos, además siempre sonríen y asienten.
Si después de haber leído este artículo te has sentido identificado, recuerda que en cierta medida estos comportamientos son válidos en este mundo tan competitivo en el que actualmente vivimos.