Kanban es una palabra japonesa que puede traducirse como tablero visual o sistemas de tarjetas. Aplicar este sistema en las empresas consiste en elaborar un tablero de tareas que tras aplicarla, permite mejorar el flujo de trabajo y alcanzar un ritmo sostenible libre de estrés.
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¿Cómo armar tu tablero? Separa el cuadro en tres filas. Una de ellas debe ser para las tareas “pendientes”, la otra para las que están “en proceso” y la última para las «terminadas”.
Luego debes escribir cada tarea en un post it; a continuación colocarla en el lugar de pendientes. Cuando la realices, pasas a la siguiente columna de “En proceso” y al culminarla, la pones en “Terminadas”. Allí recién es momento de realizar una nueva tarea.
Si por ejemplo esta nueva tarea no puedes realizarla por falta de información, marca el post it con una cruz o colócalas en una columna aparte que se llame “Impedidas”. Asimismo, debes tener pocas tareas en proceso. Si es que tienes demasiadas, debes replantear tu planificación y analizar las causas que te impiden terminar tus tareas.
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Aquí es donde el sistema funciona como un control porque se pueden detectar los problemas y trabajar una solución concreta.
Asimismo, durante la jornada todos los empleados pueden ver las tareas que realizan cada uno, además de visualizar las tareas terminadas y así sentirse satisfechos de su trabajo del día a día. Genial, ¿verdad?