¿Cómo sé en qué negocio debo invertir?

Si tienes un capital disponible y quieres convertirte en un emprendedor, primero debes estar seguro de en qué negocio te conviene arriesgar tu tiempo y dinero.

Antes de dar inicio a tu emprendimiento, debes hacerte tres preguntas: qué quieres hacer, en qué eres bueno y qué demanda el mercado. Y es que, muchas veces, los mayores errores cometidos por los emprendedores de nuestro país es que se arriesgan a un negocio sin conocer mucho de él, o de cuál es la mejor manera de manejarlo.

Así que si cuentas con dinero extra y piensa invertirlo en algún negocio, tome en cuenta estos prácticos consejos para saber en qué tipo de proyecto te sentirás más cómodo:

1. Pasión

Primero, debes preguntarte qué te gusta hacer, pues de eso dependerá la pasión que le ponga a tu nuevo negocio. Si estás decidiendo dejar tu trabajo para convertirte en tu propio jefe, lo más razonable es que lo hagas dedicándote a algo que realmente te gusta. Si no, al poco tiempo de iniciado el negocio te sentirás agotado y querrás abandonarlo todo.

2. Ventaja

También debes preguntarte si saber hacer lo que te gusta y si eres bueno en eso. Es aquí donde muchos solemos fallar, puesto que estamos tan emocionado que no nos damos cuenta que estamos entrando en un campo en el que no somos expertos, y podemos terminar entregando un producto final con acabados débiles.

Recuerda: el contenido es importante, pero también lo es la presentación.

3. Mercado

El tercer punto es el más complejo: el mercado. Identifica si existe demanda insatisfecha o exceso de oferta, cuál es el número de competidores y qué calidad tienen sus productos, cómo es la cadena de distribución y qué barreras de entrada y salida existen.

4. Especialización

No debes limitarte a elegir entre sectores tan diversos como agroindustria, comercio, servicios, minería, industria e informática, sino también el nicho específico de especialización.

Para ello, es importante que identifiques en qué parte de la cadena de valor te conviene ubicarte. En esta época, la tendencia es la especialización, otorgándole así valor agregado a la materia prima. Por ejemplo, aprovechar un insumo como la palta para dotar de valor agregado a productos como shampoo, mousse, helado y mantequilla.

 

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