Para empezar, el optimismo no es ver todas las cosas ‘color de rosa’, ni mucho menos pretendas que te haga inmune a tus problemas. ¿Te sucede algo malo y te dices a ti mismo “mira el lado bueno de las cosas…”? Bueno, si lo haces, infórmate que esto no es lo que significa ser un optimista.
El optimismo no se trata de que veas la realidad de forma pasiva. El optimismo inteligente es una actitud que consiste en no negar el hecho de las cosas, sino en enfrentarla tomando acción. Además tienes que tener la convicción de que las cosas pueden mejorar, y eso depende de ti.
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Por otro lado, cuando sientes negatividad frente a la vida, ten en cuenta que las personas que te rodean o los problemas que suceden, no son obstáculos para que tú seas un optimista inteligente. Esta habilidad la tendrás en el momento que dejes de tomar estos elementos como excusas que frenar tus acciones.
Entiéndelo, para ser un verdadero optimista tienes que hacer y para esto sí o sí tienes que aceptar tu realidad. Pero, ¿cómo lograr ser un verdadero optimista? Lo lograrás si tienes estos tres elementos: actitud de acción, actitud de cambio y obligación ética.
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Con esto, ¿estás preparado para ser optimista? Si aún no lo estás, no te preocupes, el optimismo inteligente es una actitud que eliges tenerla solamente tú.