Quieres emprender, tienes varias ideas de negocio pero no inicias ninguna porque te cuesta tomar una decisión. O quizá en estos momentos te sientes mortificado porque no sabes si dejar tu empleo o no para dedicarte al cien por ciento a tu negocio. Estas dos situaciones reflejan que eres de las muchas personas a quien le cuesta tomar decisiones difíciles.
Y es que cuando se configura como difícil la toma de una decisión, por lo general te estancas y te frustras; es decir, tu indecisión pasa a ser un obstáculo que impide tu desarrollo en cualquier ámbito de tu vida. Y ojo, que en el camino del emprendimiento siempre tendrás que tomar decisiones así resulten ser buenas o malas.
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Por eso es crucial que aprendas a tomar decisiones difíciles, pero para que esto ocurra primero debes de entender, ¿por qué te cuesta tanto tomar una decisión y para otras personas no? A continuación te decimos cuáles podrían ser las razones:
- El miedo al fracaso: las personas perfeccionistas son las que más sufren a la hora de tomar decisiones. Quieren hacer la elección perfecta, sin cometer ningún error, y por eso tienen tanto miedo a escoger una opción que les pueda llevar al fracaso.
- Falta de confianza: muchas personas no quieren tomar decisiones porque les falta confianza en sí mismos. Creen que después de haberla tomado, no tendrán los conocimientos o habilidades suficientes para manejar esa situación, trabajo o tarea.
- No ver las alternativas que existen: en la vida no sólo hay una respuesta A o B para elegir, ni las cosas son en blanco y negro. Hay otras opciones, pero a veces te agobias tanto ante una situación que sólo eres capaz de ver una salida, cuando en realidad hay muchas otras alternativas.
- Depender de otras personas: esto también tiene que ver con la falta de confianza. Sobre todo si tus padres te criaron de manera sobreprotectora, o si eres una persona insegura, estás acostumbrado a que otros tomen decisiones por ti. Y cuando la responsabilidad recae únicamente en tu persona, no sabes qué hacer.
- Evitar la inquietud: tomar una decisión es un proceso que nos suele llevar a dudar, y eso puede generar un malestar en nuestra mente. Por eso hay gente que lo evita para no tener que pasar por ese mal trago.
- Procrastinar: preferimos dejar para más adelante una decisión que podemos tomar ahora por vagancia, para evitarnos esa angustia, o porque tenemos miedo de afrontar lo que viene.
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Sea cual sea el motivo por el que te cueste tomar decisiones, hacerlo de forma rápida y sin complicaciones es importante. Y es que lo que elijas será lo que haga que tu vida mejore, siga adelante, y puedas aprovechar – a tiempo- las oportunidades que se te presenten.